miércoles, 5 de agosto de 2009

Transmigrando


" A unos les gusta el alpinismo. A otros les entretiene el dominó. A mi me encanta la transmigración.

Mientras aquellos se pasan la vida colgados de una soga o pegando puñetazos sobre una mesa, yo me la paso transmigrando de un cuerpo a otro, yo no me canso nunca de transmigrar.

Desde el amanecer, me instalo en algún eucalipto a respirar la brisa de la mañana. Duermo una siesta mineral, dentro de la primera piedra que hallo en mi camino, y antes de anochecer ya estoy pensando la noche y las chimeneas con un espíritu de gato.

¡Qué delicia la de metamorfosearse en abejorro, la de sorber el polen de las rosas! ¡Qué voluptosiodad la de ser tierra, de sentirse penetrado de tubérculos, de raíces, de una vida latente que nos fecunda... y nos hace cosquillas!

...

Poseer una virgen es muy distinto a experimentar las sensaciones de la virgen mientras la estamos poseyendo, y una cosa es mirar el mar desde la playa, otra contemplarlo con unos ojos de cangrejo.

...

¡Pensar que durante toda su existencia, la mayoría de los hombres no han sido ni siquiera mujer!... ¡Cómo es posible que no se aburran de sus apetitos, de sus espasmos y que no necesiten experimentar, de vez en cuando, los de las cucarachas... los de las madreselvas?

Aunque me he puesto, muchas veces un cerebro de imbécil, jamás he comprendido que se pueda vivir, eternamente, con un mismo esqueleto y un mismo sexo.

Cuando la vida es demasiado humana -¡únicamente humana!- el mecanismo de pensar ¿no resulta una enfermedad más larga y más aburrida que cualquier otra?

Yo, al menos, tengo la certidumbre que no hubiera podido soportarla sin esa aptitud de evasión, que me permite trasladarme adonde yo no estoy: ser hormiga, jirafa, poner un huevo, y lo que es más importante aún, encontrarme conmigo mismo en el momento en que me había olvidado, casi completamente, de mi propia existencia."

Poema 16 - Oliverio Girondo - Del libro "Espantapájaros" 1932


En el año 2006 incursioné en el mundo del Teatro. Me anoté en un Taller y durante ese año, una vez por semana intentaba jugar a ser otra.

Esa experiencia me dejó algo muy saludable. Intentar vivir la vida jugando. En el juego uno pone su mente en una actitud creativa. Obliga a su mente a que abandone lo conocido y se abra. Es la oportunidad de descubrir algo que no conozco, de vivirlo, sentirlo, de aprenderlo y cuando aprendo, crezco.

Al nacer mi bebé esto se reforzó mucho más. No hay cosa más hermosa que ver a tu hijo descubriendo el mundo a través de un juego. Y yo juego con él a este nuevo rol de ser mamá. Y voy aprendiendo.

Este poema lo elegí para una muestra del taller de teatro, para la Bienal de la Universidad Nacional del Litoral de ese mismo año. Hicimos un collage de monólogos con los poemas de Girondo y yo representé este.

Habla de algo que es fundamental para no perderme en el camino:

"Lourdes... No te tomes la vida tan en serio "




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