jueves, 1 de julio de 2010

Matrimonio

Hay cosas que no entiendo.
La intolerancia, la discriminación son rasgos muy humanos, lo sé. Pero fuimos construyendo XXI siglos de humanidad, y no comprendo cómo el ser humano no se esfuerza por evolucionar.

Esta tarde, a las 16 hs. más precisamente, se organizó una marcha en contra del matrimonio gay. Estoy sentada frente a mi pc y escucho a compañeros de oficina diciendo que van a asistir.

Escucho resultados de encuestas realizadas en mi ciudad que revelan que el 55% de la población está en contra del matrimonio entre dos personas del mismo sexo y mucho más en contra de la adopción.

No lo comprendo.
Hasta cuando vamos a vivir en la hipocresía? Conozco personas gays que conviven y que sueñan con formar una familia, algunos hasta tienen hijos fruto de separaciones con sus parejas hetero. Y, aunque uno puede pensar lo que se le de la gana, la sociedad esta formada por estas personas y yo, Estado, deberia implementar mecanismos para protegerlos e integrarlos.

Lo contrario sería DISCRIMINACIÓN.
Lo contrario sería condenar al otro porque es distinto a mi.
Lo contrario sería decir SI, me gusta vivir en una sociedad hipócrita.

Soy católica, mis padres me educaron en esa religión y mis bases están ahí. No me identifico hoy con su filosofía. No estoy cuestionando la existencia de Dios. La creencia en Dios es algo muy intimo, yo construyo mi relación con Dios día a dia y considero que es una tarea totalmente individual.

Lo que me da asco es la postura de la Iglesia Católica para tratar los temas sociales, las diferencias, la práctica reaccionaria tan propia de nuestra sociedad argentina.

Tengo un hermano que estuvo ocho años estudiando en el Seminario para ser cura. Faltandole un mes para su consagración decidió abandonar. Trataron de convencerlo de muchas maneras, de las suaves y de las de la manipulación.

Y cuando él decidió casarse por iglesia, trataron de disuadirlo. El arzobispo de mi ciudad le dijo: "prefiero que convivas". Y a lo que mi hermano le respondió que la iglesia condena las relaciones prematrimoniales. Y el arzobispo indignado, le espetó... "pero qué va a decir la gente????"

Y se pudo casar porque él es un hombre y ella una mujer.
Y porque el papa lo "perdonó" y le llegaron las dispensas de sus votos como diacono.
Pero no lo dejaron casarse el día que él habia elegido porque era un dia "sagrado" así que tuvo que ser otro. ... "que iba a decir la gente sino???"

Basta de ser hipócritas. Basta de intolerancia. Basta de condenar lo que es distinto a mí.
Seamos dignos, por favor.


Acá les dejo un artículo que me gustó muchisimo, que publicó la Revista RADAR.
Abajo está el link correspondiente.


Matrimonio entre gente rara

Estoy completamente a favor de permitir el matrimonio entre católicos. Me parece una injusticia y un error tratar de impedírselo.

El catolicismo no es una enfermedad. Los católicos, pese a que a muchos no les gusten o les parezcan extraños, son personas normales y deben poseer los mismos derechos que los demás, como si fueran, por ejemplo, informáticos u homosexuales.

Soy consciente de que muchos comportamientos y rasgos de carácter de las personas católicas, como su actitud casi enfermiza hacia el sexo, pueden parecernos extraños a los demás. Sé que incluso, a veces, podrían esgrimirse argumentos de salubridad pública, como su peligroso y deliberado rechazo a los preservativos. Sé también que muchas de sus costumbres, como la exhibición pública de imágenes de torturados, pueden incomodar a algunos. Pero esto, además de ser más una imagen mediática que una realidad, no es razón para impedirles el ejercicio del matrimonio.

Algunos podrían argumentar que un matrimonio entre católicos no es un matrimonio real, porque para ellos es un ritual y un precepto religioso ante su dios, en lugar de una unión entre dos personas. También, dado que los hijos fuera del matrimonio están gravemente condenados por la Iglesia, algunos podrían considerar que permitir que los católicos se casen incrementará el número de matrimonios por “el qué dirán” o por la simple búsqueda de sexo (prohibido por su religión fuera del matrimonio), incrementando con ello la violencia en el hogar y las familias desestructuradas. Pero hay que recordar que esto no es algo que ocurra sólo en las familias católicas y que, dado que no podemos meternos en la cabeza de los demás, no debemos juzgar sus motivaciones.

Por otro lado, el decir que eso no es matrimonio y que debería ser llamado de otra forma no es más que una manera un tanto ruin de desviar el debate a cuestiones semánticas que no vienen al caso: aunque sea entre católicos, un matrimonio es un matrimonio, y una familia es una familia.

Y con esta alusión a la familia paso a otro tema candente sobre el que mi opinión, espero, no resulte demasiado radical: también estoy a favor de permitir que los católicos adopten hijos.

Algunos se escandalizarán ante una afirmación de este tipo. Es probable que alguno responda con exclamaciones del tipo “¿Católicos adoptando hijos? ¡Esos niños podrían hacerse católicos!”.

Veo ese tipo de críticas y respondo: si bien es cierto que los hijos de católicos tienen mucha mayor probabilidad de convertirse a su vez en católicos (al contrario que, por ejemplo, ocurre en la informática o la homosexualidad), ya he argumentado antes que los católicos son personas como los demás.

Pese a las opiniones de algunos y a los indicios, no hay pruebas evidentes de que unos padres católicos estén peor preparados para educar a un hijo, ni de que el ambiente religiosamente sesgado de un hogar católico sea una influencia negativa para el niño. Además, los tribunales de adopción juzgan cada caso individualmente, y es precisamente su labor determinar la idoneidad de los padres.

En definitiva, y pese a las opiniones de algunos sectores, creo que debería permitírseles también a los católicos tanto el matrimonio como la adopción.

Exactamente igual que a los informáticos y a los homosexuales.


Texto extraido de la Revista Radar link:
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-6234-2010-06-15.html


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si al matrominio gay!!!
No a la discriminación!!!
Al fin nos vamos a poder casar y restregar nuestros pechos libremente!!!
No al soutien!!! Free tits!!!
Cleopatra, Marilyn, Natalia Oreiro y ahora Lulú!!!
Abanderada nuestra que guía con su blog el camino de los desamparados de comprensión. Humanizandose y mostrándose desnuda de alma con sus beldades y carencias.
Gracias una vez más.

Mariclo dijo...

Estoy de acuerdo con vos amiguita..me duele cuando "seres muy cercanos a mi" se oponen o tienen sentimientos de desprecio..no lo entiendo..pero sabes que pienso, que en realidad es susto, miedo a lo diferente...

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails
Pin It button on image hover