Juan
sentado en el sillón a mi lado y junto a mí mi hermana. De pronto,
nos cuenta:
-
Nosotros vinimos al planeta Tierra con mis amigos para cuidarlo y
protegerlo.
-
Y cómo se llaman tus amigos? Le pregunté.
-
Mateo, Francisco, (otros nombres que no recuerdo), el tío Juan y el
tío Richy. [Nota de la madre: ninguno conocido por mí excepto los
tíos.]
-
Y tu familia? Le interrogué al pedisimo.
-
También ma... contestó medio fastidioso.
Yo
conozco un planeta
en
el cual, las naciones viven en paz,
donde la naturaleza es respetada,
donde la ciencia y la filosofía
nunca son usadas para esclavizar,
limitar, herir o aterrorizar.
En él, cada ser humano esconcebido
y gestado conscientemente.
En ese mundo reina
un verdadero espíritu de Fraternidad
y las gestantes son tratadas muy especialmente.
Toda la riqueza artística y artesanal de la comunidad
están puestas a su disposición.
Ellas pasean por lindos parques floridos,
admirando los árboles, las estatuas y las fuentes.
Durante el día el canto de los pájaros las abraza.
En la noche, las estrellas
las invitan a visitar mundos distantes.
En estos parques hay casas
donde las madres pueden participar de distintas actividades:
cantar, tejer, esculpir, bordar, dibujar.
Existen también teatros, bibliotecas, cines,
donde pueden estudiar, enseñar, meditar, reír y llorar.
En las escuelas de ese planeta,
los adolescentes estudian la importancia de la concepción,
del embarazo, del parto y amamantamiento
y su incidencia en el logro de una Humanidad feliz.
Las parejas buscan el momento de la fecundación conscientemente,
comprendiendo las dimensiones fisiológicas,
psicológicas y espirituales de la gestación,
acogiendo con serenidad el misterio de la vida.
donde la naturaleza es respetada,
donde la ciencia y la filosofía
nunca son usadas para esclavizar,
limitar, herir o aterrorizar.
En él, cada ser humano esconcebido
y gestado conscientemente.
En ese mundo reina
un verdadero espíritu de Fraternidad
y las gestantes son tratadas muy especialmente.
Toda la riqueza artística y artesanal de la comunidad
están puestas a su disposición.
Ellas pasean por lindos parques floridos,
admirando los árboles, las estatuas y las fuentes.
Durante el día el canto de los pájaros las abraza.
En la noche, las estrellas
las invitan a visitar mundos distantes.
En estos parques hay casas
donde las madres pueden participar de distintas actividades:
cantar, tejer, esculpir, bordar, dibujar.
Existen también teatros, bibliotecas, cines,
donde pueden estudiar, enseñar, meditar, reír y llorar.
En las escuelas de ese planeta,
los adolescentes estudian la importancia de la concepción,
del embarazo, del parto y amamantamiento
y su incidencia en el logro de una Humanidad feliz.
Las parejas buscan el momento de la fecundación conscientemente,
comprendiendo las dimensiones fisiológicas,
psicológicas y espirituales de la gestación,
acogiendo con serenidad el misterio de la vida.
Poema
escrito por Laura Uplinger – Premiado por las Naciones Unidas.
Laura
Uplinger, es psicóloga y una educadora frondosa en el ámbito de la
concepción consciente, de la paternidad y de la maternidad pre y
perinatal.
Reconocida
internacionalmente como una eximia expositora sobre el psiquismo
fetal , el cuidado de la mujer gestante y su papel en el adviento de
una humanidad más saludable.
El
jueves 23 tuve la agradable experiencia de escucharla. Fue como
invitada al lugar donde hago mi preparación física prenatal para
que nos acompañe en el momento de la relajación donde tenemos
nuestro momento de contacto con el bebé.
Después
de los ejercicios se dió una charla muy rica donde nos habló sobre
temas como la concepción consciente de nuestros hijos y la
importancia de la bienvenida a la vida a estos seres que llegan a
través de nuestro cuerpo.
“Todos
nosotros fuimos concebidos y esto es algo que va muy hondo en
nosotros. Si te pregunto cuántos libros has leído sobre la
concepción o preconcepción en la vida no fueron muchos, con
seguridad. Has leído libros de gramática, periodismo, filosofía,
pero no sobre algo que es tan común para todos nosotros. Una de las
razones es que hasta hace poco tiempo, en el siglo XX, se pensaba que
en el vientre materno solamente contaba la genética. Se creía que
el desarrollo del bebé dependía de la genética y del aporte de
alimento de la madre. Por eso, se cuidaba que no comiera demasiado,
que no tomara alcohol, que no se drogara...”
“...Los
expertos en genética también se dieron cuenta que lo que es de la
genética y del medio ambiente no se oponen y van de manos dadas. Es
decir, mi manera de vivir, el estado en que me encuentro, puede
mejorar la genética para el desarrollo de mi hijo o, al contrario,
tengo unas posibilidades bellísimas dentro de mi vientre por la
calidad de lo que me transmitió mi marido, mi familia. Pero mi
tristeza permanente va a cambiar todo el camino de la irrigación y
la circulación por el cerebro...”
“...como
la alegría tiene la función primordial de dar salud a todos
nuestros órganos, durante el embarazo, la alegría es el agente
primordial de la buena salud. Por eso, todos los ciudadanos del
planeta tendríamos que pensar qué nos da alegría. Por ejemplo,
podría ser cantar juntos. Me pregunto cuál será el primer alcalde
del mundo que diga que dos horas a la semana las embarazadas que
quieran pueden ir a ensayar canciones que les traigan alegría, con
otra gente que desee. Hay una energía especial cuando hay muchos
vientres de embarazadas juntos, hay como una conspiración que nos
llena de esperanza, algo que no se puede medir con máquinas. Es la
responsabilidad social que deberíamos tener por las embarazadas y el
planeta. Nunca la sociedad a nivel colectivo llegó a entender lo que
significa un embarazo saludable”.
(Extracción
de una entrevista para el diario “El Litoral” de fecha 2 de
agosto de 2009.
La
idea de difundir estos conociemientos científicos no es de sentirnos
culpables por haber concebido niños sin planearlo o parido con tristeza, sino mas bien a
hacer lugar a la comprensión de la historia de cómo ingresamos a la
vida a través de nuestra propia historia y de la historia de los
partos de nuestros hijos.
Porque
en esos instantes no existe el tiempo lineal, existe ese momento que
es pasado y es presente, que fluye entre nuestro nacimiento y el
parto que estamos vivenciando.
Y
de esta manera, tomar consciencia de nuestro poder creativo como
seres humanos y los roles que podemos jugar activamente en nuestra
propia evolución hacia
una humanidad más sustentable, amante y
saludablemente interdependiente.
La
ciencia está poniendo en palabras información que traemos en
nuestras células.
Y
doy las gracias por eso.
1 comentario:
yo también doy gracias por eso¡.
y te doy gracias por la info sobre Laura.
te dejo un beso grande.
dany
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